Iván Masagué dando vida a Goreng en El Hoyo.

Hoy quiero hablaros de una película que está causando un impacto tremendo desde su reciente estreno en la plataforma de Netflix: El hoyo. Este largometraje dirigido por el bilbaíno Galder Gaztelu-Urrutia nos plantea conceptos que nos hacen reflexionar, en momentos tan delicados como los actuales, sobre la importancia de pensar de forma colectiva y olvidarnos de la rivalidad. En el hoyo no vale el pensamiento de él o yo. Tras el salto te explico qué es lo que me ha suscitado esta película y porqué se va convertir en todo un éxito meses después de su estreno convencional. ¡AVISO SPOILER!

Goreng accede de forma voluntaria a El hoyo una especie de cárcel con las celdas situadas verticalmente y donde la comida llega a través de una plataforma, favoreciendo a los que están más arriba y despertando los instintos más primarios a los de las últimas posiciones.

Goreng en plena transformación.

El hoyo recaudó algo más de 160.000€ en su periplo por las salas de cine, terminado en el puesto 179. Si tuviéramos la misma visión que la propia película, en este puesto difícilmente te pueda llegar algún resto alimenticio que te permita quitarte el hambre. Podría considerarse un fracaso, si nos abstraemos a números y si no somos capaces de ver más allá. Por suerte, antes de su lanzamiento en salas, Netflix vio está película en el festival de Toronto, quedando prendada y comprando sus derechos de emisión sin importarle cuáles fueran los resultados en el cine tradicional. Ahora estamos hablando de un fenómeno incipiente que en estos momentos está en el número 2 de las tendencias en España y probablemente llegue a lo más alto. Algo parecido a lo ocurrido con La casa de papel.

Otros motivos por los que la película está teniendo un recibimiento de esta magnitud se debe a la situación de confinamiento en la que estamos, que puede asemejarse, salvando las distancias aunque no te sabría decir cuánta, a la de una cárcel. Su temática de desigualdad de clases y de cooperación como única vía de escape, es otro factor que le añade aún más potencia al metraje.

Fotograma del inicio de la película Cube (1997)

Quitando un pequeño prefacio en el que vemos cómo se preparan en una cocina de alto calado, los platos favoritos de todos los reclusos de El hoyo. La película empieza con un claro palimpsesto a Cube, película que tiene como referente al igual que a dos clásicos del cine como El ángel exterminador de Luís Buñuel (1962) o Taxi driver de Martin Scorsese (1976). Éstas últimas, por los silencios, los dobles sentidos o los subrayados con la música.

Fotograma del inicio de la película El Hoyo (2019)

El hoyo habla sobre la diferencia de clases, el concepto de arriba y abajo lo tenemos instaurados en nuestro inconsciente colectivo desde que somos humanos, en el árbol te salvabas de ser atacado por el depredador en medio de la sabana. La película te va metiendo en una atmósfera desgarradora, casi pornográfica en algunos momentos (recordando a la saga de Saw) en los que se expresa el canibalismo de la forma más explicita posible. En ningún momento tenemos referencia de dónde estamos, pero si que podemos identificar los sentimientos que tienen los personajes con cada una de las tramas que se van dibujando. El ambiente hostil que ataca a nuestro cerebro reptiliano y repudia las florituras de nuestro intelecto. 

Todos los presos de El hoyo pueden meter un objeto y el protagonista elige meter un libro: El Quijote, que lee para beneplácito de los oídos de su compañero de celda Trimagasi, que eligió un cuchillo. Con pasajes de El Quijote se acentúan conceptos como la avaricia, los ricos y los pobres.

Zorion Eguileor interpretando a Trimagasi.

Los compañeros de celda van cambiando, con Imoguiri (Antonia San Juan) descubre una forma de poder salir de allí, con la llegada de Baharat (Emilio Buale) finalmente encuentran la manera de terminar con la desigualdad y que todos coman, pero cuando tenemos a nuestro alcance el entendimiento es muy difícil hacer que los demás no desconfíen. Gracias a la estratagema ideada, intentan llegar hasta el último piso con un plato intacto para que cuando la plataforma suba transmitir un mensaje de victoria, pero no todo es como planean y cuando creen haberlo conseguido se dan cuenta de que realmente el mensaje que tienen que conocer los de arriba es otro bien distinto.

Baharat (Emilio Buale) en un momento crucial de la película.

La niña tiene un significado poético, en todo momento una madre busca a su hija viajando entre niveles, pero nadie nunca la ha visto, hasta que nuestro protagonista la ve en el último de los niveles cuando ya lo daba todo por perdido. La niña es el claro ejemplo de esperanza, es lo último que deberíamos perder y lo que siempre debe salir a flote como acaba pasando sin ningún portador del mensaje. Iván Masagué tiene momentos en los que parece una talla de imaginería más que un plano cinematográfico.

El guión que en un primero momento nació como obra teatral está escrito por Pedro Rivero junto con David Desola. Se convierte en una obra redonda, que ha despertado el interés de todopoderosos del cine como M. Night Shyamalan y es muy probable, visto el éxito, que lo conviertan en serie. Esto demuestra de nuevo, que tenemos que tener paciencia, si entre nuestras manos tenemos un producto de calidad, porque al final si es así, como pasa con la niña, acabará saliendo a la superficie.

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