Escrita como película por Mateo Gil Los favoritos de Midas han encontrado su hueco 20 años más tarde en la plataforma de Netflix transformada en miniserie. Con la premisa del cuento homónimo de Jack London, supone la primera serie protagonizada por el reputado actor Luís Tosar. En sus 6 episodios he encontrado elementos muy destacados que me entusiasman y algunos otros que me chirrían. Tras el salto te los detallo.

Esta miniserie supone la primera serie para Mateo Gil, creador que coescribió junto a Alejandro Amenábar, Tesis, Abre los ojos, Mar Adentro y Ágora, las que posiblemente sean las mejores películas del director hispanochileno hasta la fecha. Mateo Gil nos muestra en esta creación su esencia, lo que ya nos enseñó con su ópera prima Nadie conoce a nadie (1999), un thriller cargado de chantajes y falsos culpables y que le valió la nominación al Goya como mejor director novel.

El creador canario ha tocado en sus 3 películas diferentes géneros, al thriller ya mencionado, hay que añadir Proyecto Lázaro, película de ciencia ficción rodada en ingles y la comedia La leyes de la termodinámica. Con Los favoritos de Midas vuelve a la intriga y lo hace a lo grande dirigiendo los 6 episodios y siendo él uno de los factores a reseñar positivamente.

Luís Tosar se embarca en una serie como protagonista por primera vez en su laureada carrera, lo hace con solidez y con la atracción que pocos actores mejor que él son capaces de transmitir en pantalla. Su personaje, Victor Genovés tiene un desequilibrio palpable en su creación, una trama profesional muy desarrollada y sin embargo su parte personal se queda estereotipada y muy superficial. Con mayor profundidad en lo íntimo hubiéramos visto a un personaje más rompedor.

Marta Belmonte interpreta a Mónica Báez periodista encargada de destapar una de las tramas principales de la serie. Su personaje peca también de estar construido a medias, su lado personal se queda un tanto desvaído. Con una madre como Elena Irureta actriz que hemos visto inconmensurable en Patria y de la que os hablé en este artículo, podrían haberle dado mayor dimensión.

Ha sido valiente contar con Willy Toledo en el reparto, un actor que llevaba diez años fuera de la gran y pequeña pantalla por sus comentarios políticos. Su actuación está soberbia, para mí la mejor de la serie. Hemos perdido mucho con su ausencia en este tiempo. Cuando eres un personaje público es difícil posicionarte en un lugar determinado o ser abanderado de un movimiento, sea cual sea, sin arriesgarte a que te linchen. El boicot que intentaron hacerle desde las redes a la serie parece que esta vez no ha funcionado.

No me ha gustado que el personaje protagonizado por una grandísima actriz como Adelfa Calvo, haya sido el de sirvienta andaluza. Puede parecer algo inocuo, pero son muchas las referencias que hemos tenido a lo largo de la historia audiovisual como para intentar romper este cliché. El potencial de la malagueña, ganadora de un Goya a mejor actriz de reparto por El autor, ha sido escasamente explotado.

La serie cuenta con dos tramas principales, por un lado tenemos el chantaje a Victor Genovés (Luís Tosar) que tiene que pagar una cantidad de dinero a un grupo organizado llamado Los favoritos de Midas si no quiere que vayan muriendo personas al azar. La historia pierde fuerza en muchos momentos. Los asesinatos se vuelven repetitivos y lentos. Por otro lado, está la trama de corrupción destapada por Mónica Báez (Marta Belmonte) apoyándose en el medio de Genovés y que involucra a las altas esferas políticas y financieras. Este bloque está muy bien construido es la parte de la serie que me ha despertado mayor interés.

La estructura utilizada en la serie pone en los primeros minutos el final, que veremos en los últimos diez minutos de la historia. Mónica Báez huye de la policía en medio de unas revueltas callejeras. Ese punto puede considerarse el clímax de la serie, el momento en el que se resuelve la incógnita. Si es tan importante, ¿por qué no se siente de esta manera con el transcurso de los capítulos? Tal vez uno de los fallos más patentes de esta serie sea que se diluye el foco principal de la acción.

La fotografía donde predominan los tonos fríos con planos cinematográficos rompe la frontera entre televisión y cine. Y es que la delgada línea que pudiera separarlas ya se ha diluido. Con Los favoritos de Midas tenemos una buena serie, que se suma a las producciones de calidad altísima que estamos teniendo en España en este final de 2020. Eso sí, es difícil que ocupe el podio de las mejores series españolas del año.

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